El drenaje de hígado y riñón

jose maria cardesin

Autor: José María Cardesín de Ascó

El hígado y el riñón, dos importantes filtros sanguíneos de nuestro organismo, pueden producir muchos síntomas y patologías si enferman.

El Hígado

El hígado está considerado el gran depurador del organismo y se sabe que realiza más de quinientas funciones distintas. Es fácil entonces entender por qué si se encuentra en deficiencia puede producirnos muchos problemas de salud.

Al hígado llega un litro y medio de sangre por minuto y entre otros procesos realiza los siguientes:

– Proceso y transofrmación de las sustancias nutritivas
– Neutralización de las toxinas procedentes del intestino
– Producir bilis encargada de facilitar la digestión
– Participa en la metabolización de carbohidratos, proteínas, lípidos minerales y vitaminas
– Almacena glucógeno

La alimentación y el hígado

Una alimentación moderada puede ayudar a mantener nuestro hígado en forma. No obstante la alimentación, como siempre, juega un papel muy importante a la hora de beneficiar o dañar a este órgano. Mientras que una alimentación rica en fruta y hortalizas favorecen la función desintoxicadora del hígado, una dieta rica en grasas y alcohol, lo dañará. Veamos un listado de alimentos que benefician y dañan al hígado.

Alimentos beneficiosos para el hígado: Los cereales, la fruta (en especial el níspero, uva, manzana, cerezas), la verdura en general, cebolla, miel, olivas, aceite, rábano, alcachofa y endivias.

Alimentos perjudiciales para el hígado: El alcohol, las grasas, la proteína, la sal, los embutidos, el marisco, los fritos, los picantes, la mantequilla, los quesos curados, los lácteos y los azúcares.

Qué enfermedades o síntomas nos puede producir un hígado en deficiencia?

Principalmente el hígado está relacionado con el sistema digestivo, pero contemplando el cuerpo como una unidad, interrelacionando todas sus funciones, veremos que el hígado afecta a muchas partes del organismo.

A nivel digestivo, el hígado en deficiencia puede producirnos unas digestiones lentas o difíciles, además de nauseas, vómitos y mareo.

Dada su relación con el sistema circulatorio como filtro sanguíneo, una insuficiencia hepática puede ser causa de todo tipo de dolores de cabeza (cefaleas, especialmente si son en sienes o supraorbitales), taquicardias, ahogos, incluso en problemas de falta de concentración, memoria e incluso depresión.

El hígado está también relacionado con la musculatura, de hecho esta se nutre de la reserva de glucógeno que almacena el hígado. Cuando nuestro hígado enferma, puede presentarse flojera muscular, astenia, fatiga crónica, dolores musculares erráticos, etc. Por ello hemos conseguido mejorar síntomas de la fibromialgia con depuraciones hepáticas.

El hígado influye en el estado de los vasos sanguíneos. Un hígado en deficiencia facilitará la fragilidad de los capilares sanguíneos, aparición de extravasaciones sanguíneas, edemas, petequias, epistaxis, hemoptisis y hematemesis (escupir y vomitar sangre respectivamente).

El hígado es importante a nivel inmunológico. Un hígado sano, nos hace más resistentes a infecciones externas, virus, etc.

También influye en el psiquismo, ya que una persona con un hígado enfermo presenta un carácter más colérico, está relacionado con el sentido de la vista, con determinados tipos de insomnio, con enfermedades alérgicas y asmáticas y con una interminable lista de síntomas.

El Riñón

En sangre encontramos oxigeno, nutrientes, pero también toxinas que deben ser eliminadas. Estas proceden de la actividad metabólica (cuando los alimentos son transformados en nutrientes por el organismo generan una serie de sustancias tóxicas), de los contaminantes externos que acompañan a los alimentos y de los medicamentos o sustancias químicas ajenas al organismo que ingerimos. El riñón es el encargado de filtrar (metabolizar y excretar) todas estas sustancias tóxicas o extrañas al organismo que circulan por la sangre, regulando además el volumen y composición del líquido corporal.

La alimentación y el riñón

El agua, la fruta y las hortalizas, son los alimentos que más favorecen a la función depuradora de los riñones, mientras que el exceso de proteína de origen animal, genera muchas sustancias de desecho que sobrecargan la función de los riñones. Veamos un listado de alimentos que benefician y dañan al riñón.

Alimentos beneficiosos para el riñón: Alcachofa, apio, berenjena, coliflor, espárragos, manzana, uva, melón, melocotón, pera y sandía.

Alimentos perjudiciales para el riñón: La sal, la proteína, lácteos, alcohol, espinacas, acelgas, café y chocolate.

La sal es uno de los alimentos que más dañan al riñón, ya que aumenta la concentración de calcio en la orina, lo que favorece la aparición de cálculos renales. Por eso, para el riñón se recomienda tomar agua de baja mineralización, baja en sodio.

Qué enfermedades o síntomas nos puede producir un riñón en deficiencia?

Una de las principales y más temidas enfermedades renales, es la formación de cálculos. Sin llegar a tener cálculos podemos tener sedimentos (arenillas) que den forma a un cuadro de síntomas molestos, que pueden ir desde dolores de espalda (especialmente lumbares), frecuentes infecciones de orina a dolores ciáticos.

Un riñón dañado también puede producir hipertensión, con todos los riesgos que ello conlleva para nuestra salud.

También puede producir, a nivel circulatorio, cefaleas (dolores de cabeza) especialmente de tipo occipital o en casco.

Según la medicina tradicional china en el riñón se concentra la energía ancestral, que es la energía que disponemos desde el momento de la concepción, se consume a medida que envejecemos y cuando se agota nos produce la muerte, hecho que hace que sea interesante cuidar de la salud de nuestros riñones.

El sentimiento relacionado con el riñón es el miedo. Una persona que padezca una insuficiencia renal, puede padecer un miedo irracional, sin motivo aparente, al mismo tiempo que una persona que viva una situación de miedo durante un tiempo prolongado puede perjudicar a sus riñones.

Entre otros datos de interés, el tejido asociado a riñón son los huesos, el clima que más le afecta el frío y el sentido que se ve afectado por insuficiencia renal el oído.

El Drenaje

Muchos profesionales de la salud comienzan sus tratamientos haciendo un drenaje, una depuración, ya que con ello, en muchas ocasiones se consiguen resultados positivos sobre la salud del paciente e incluso algunos de sus síntomas remiten.

Existen muchas formas y preparados para hacer drenajes depurativos de hígado y riñón. Muchos de estos productos para hacer drenajes provienen de la naturaleza y són, por tanto, totalmente naturales sin añadidos químicos ni manipulación alguna.

Aquí exponemos una opción viable, pero existen muchas más.

El drenaje hepato-renal consta de 2 partes, una fitoterápica y otra homeopática:

Para el drenaje de hígado, nosotros utilizamos un producto fitoterápico, compuesto de rábano negro y alcachofa. Existen muchos productos de este tipo, lo mejor es consultar en farmacias o tiendas de dietética.
Lo solemos administrar entre 2 y 4 semanas a razón de una ampolla antes de las comidas principales, es decir, 3 al día (antes del desayuno, comida y cena).

Por otro lado tenemos los remedios homeopáticos:

Calcarea Carbonica 30 Ch, el ion presente en todos los cálculos es el calcio, por eso este remedio ayuda a deshacerlos y expulsarlos. Además el remedio tiene una función tonificadora sobre el sistema hepato-renal.

Lycopodium Clavatum 30 Ch, de prescripción sistemática en litiasis renales, actua sobre el metabolismo úrico, además Lycopodium es un gran remedio hepato-renal.

Berberis Vulgaris 9 Ch, administrado a diluciones bajas, tiene una importante acción sobre el metabolismo úrico. Indicado además en el reumatismo gotoso y para los dolores lumbares o producidos por un cólico.

Estos tres productos homeopáticos se administran, tomando 3 gránulos de cada uno al día (dejando de un producto a otro un mínimo de 20 minutos).
Sería interesante realizar un par de tubos de cada producto, lo que daría un tratamiento para mes y medio o dos meses aproximadamente. Es importante mientras se hace el tratamiento aumentar la ingesta de agua, entre 2 y 3 litros diarios.

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