Según un estudio británico existe correlación entre la desaparición de 10 millones de aves y las radiaciones de microondas de las antenas.
Investigadores británicos afirman que las radiaciones de microondas de las antenas son las responsables de extinción masiva de aves en el entorno cercano de las antenas de telefonía.
Según los estudios de Rosie Cleary, del British Trust for Ornithology, las estaciones base de telefonía móvil pueden ser la causa de la desaparición de diez millones de pájaros en los últimos años.
Las especies más afectadas son las paseriformes como los gorriones y estorninos, que así pagan cara su tradicional cercanía al medio humano, pero estas peligrosas radiaciones también están alterando la reproducción de otras especies de aves muy comunes como paloma, urraca, carbonero, lavandera, avión común, cernícalo y diversas rapaces nocturnas, entre otras especies en estudio.
Igualmente se ha detectado también un descenso en las poblaciones de mariposas, y otros insectos en general, en el entorno cercano de las antenas, un dato corroborado por varios observadores.
Un hecho que los observadores de GEA desde 1990 venimos denunciado en diversos ámbitos, públicos y privados, sin obtener respuestas significativas, nos dicen que no existen estudios al respecto, y los especialistas no tienen aún una opinión formada de este asunto, debido a lo novedoso del problema.
Una hipótesis alarmante que finalmente se confirma, cerca de las antenas no hay vida silvestre, y por tanto se puede afirmar , como afirma el epidemiólogo Neil Cherry, asesor del Parlamento Europeo, las antenas de telefonía móvil son peligrosas para la salud y la vida.
Desde hace años, en diversas auditorías ambientales realizadas en Levante, Cataluña, Aragón, País Vasco y Asturias, hemos detectado nidos de cigüeñas y también aves de presa (cernícalo primilla y otros), situados directamente sobre la estructura de la Estación Base de Telefonía (BTS), que por ser el emplazamiento más alto de la zona, en muchos casos substituye al campanario.
Hemos observado que en las zonas más contaminadas electromagnéticamente, sobre todo en las ciudades, se han quedado prácticamente sin fauna volátil, en particular gorriones.
En el mismo sentido, tenemos algún reporte de los vecinos afectados por antenas repetidoras de telefonía móvil, nos informan que ya no se ven, o no se oyen cantar los pájaros desde que se han instalado las antenas.
Parece ser que las paseriformes, por su pequeño tamaño son más vulnerables a la radiación, sobre todo por el menor espesor del cráneo, y a medio plazo la radiación de microondas de las antenas puede afectar de manera drástica a la tasa de reproducción de las poblaciones, sobre todo en el medio urbano donde la presencia de antenas de telefonía es mayor.
Estas radiaciones afectan igualmente a los mamíferos, y en Alemania se han observado malformaciones congénitas en terneros, nacidos en granjas cerca de antenas, en varias zonas se ha observado la desaparición de murciélagos, y es fácil constatar que hasta las ratas huyen del entorno de las antenas.
La extinción masiva de aves es un asunto grave y urgente, pues no solo está en juego la vida de millones de aves, esta radiación afecta por igual a mamíferos, y por supuesto a los seres humanos (embarazadas, bebés, niños, ancianos), y según apuntan varios estudios, se observa un incremento de abortos y otras patologías en el entorno cercano de las antenas.
En España se han producido varios conglomerados de cáncer (Valladolid, Ronda, Figueres, etc.), siempre en lugares situados en las proximidades de estaciones base, casos de los que apenas se ha hablado en la prensa, pues los medios de comunicación están relacionados con las operadoras de telefonía.
Los investigadores en Bio-Electromagnetismo están siendo censurados, como es el caso de Bardasano y Gómez-Perretta en España, o R. Santini en Francia, por lo que es difícil avanzar en la investigación en este campo.
Realmente en Control Ambiental tenemos mucho que realizar, y si no basta con recordar los casos de Ercros, Acerinox o el desastre de Doñana. Como referencia diremos que hay países donde el nivel permitido de «densidad de potencia» para exposición a público en general es del orden de 10.000 veces menor que en España. Y existen estudios relevantes que señalan riesgo biológico para las personas «electrosensibles» con dosis 1.000.000 de veces menor que el decreto ley de Telecomunicaciones. Como especialistas en Electropolución chequeamos cada día instalaciones de este tipo, y podemos asegurar que el riesgo potencial para las personas es muy significativo, existe relación causa-efecto y los efectos biológicos están siempre en función de la potencia, distancia y disposición geométrica de los emisores.
Afortunadamente los pájaros, y en particular los gorriones por su cercanía al ser humano, son unos excelentes «indicadores de calidad medioambiental» y como las mariposas y otros insectos, cuando escasean o desaparecen nos están avisando de que algo anda mal en el medio ambiente.
Ante la gravedad del caso, en Gran Bretaña más de 30.000 observadores de pájaros han salido a la caza de las antenas, esperemos que en España tenga eco una propuesta similar de SEO/BirdLife, y miles de observadores de campo corroboren nuestra denuncia, y finalmente se ponga control a las antenas, antes de que las radiaciones de microondas afecten gravemente a millones de personas.
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